Marruecos firmó una gesta histórica al proclamarse campeón del Mundial Sub-20 tras derrotar con contundencia 2-0 a Argentina en la final disputada en el Estadio Nacional de Santiago de Chile. Con este triunfo, el conjunto marroquí se convierte en el segundo país africano en alcanzar la gloria mundialista en esta categoría, después de Ghana en 2009.
Con este resultado el equipo norteafricano impuso su jerarquía desde el primer minuto, mostrando un fútbol ordenado, dinámico y con gran eficacia ofensiva. Argentina, en cambio, lució irreconocible, sin respuestas ante la presión y el juego físico del rival, sufriendo una derrota que pasará a la historia por la superioridad mostrada por los marroquíes.
La primera anotación llegó a los 12 minutos, cuando el delantero Zabiri transformó magistralmente un tiro libre al ángulo derecho, tras una falta cometida por el portero albiceleste. El tanto fue un golpe anímico que dejó tambaleando al conjunto sudamericano.
Se esperaba la reacción de los albicelestes, pero Argentina se vio superada en todas las líneas. La banda derecha fue un tormento para la defensa albiceleste, donde Othamne Maamma, con su velocidad y regate, desbordó una y otra vez. Precisamente, de sus pies nació el segundo tanto: un desborde imparable, un pase preciso y nuevamente Zabiri apareció para empujar el balón al fondo de la red al minuto 28, sentenciando prácticamente el partido.
El conjunto dirigido por Diego Placente nunca logró recuperar el control del juego. Sus cambios no modificaron el rumbo y la desesperación se adueñó del grupo. Marruecos, en cambio, mantuvo su disciplina táctica, cerró espacios y controló los tiempos con una madurez digna de un campeón.
Para la parte complementaria fue un monólogo táctico de los “Leones del Atlas”, que neutralizaron cada intento argentino y manejaron el ritmo con inteligencia. Cada recuperación se transformó en una amenaza, mientras los sudamericanos se desfiguraban entre faltas, imprecisiones y frustración.
El silbatazo final confirmó la hazaña: Marruecos campeón del mundo Sub-20, un logro histórico alcanzado con carácter, talento y una lección futbolística que dejó a Argentina sin argumentos. Una final que no solo consagra al equipo africano, sino que marca un antes y un después en la historia del fútbol juvenil mundial.
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